Una sala para armar: Una manera diferente de comenzar el día

                           Una sala para armar
                            Una manera diferente de comenzar el día 

Las primeras horas dentro de una sala de jardín, son en general las más complicadas, sobre todo si uno/a intenta atender las necesidades de cada uno de los niños y las niñas que allí asisten. Para esto proponemos una forma posible de organizar un recibimiento con distintos sectores de juego en donde el eje radica en que los chicos puedan ir apropiándose del espacio con facilidad, en donde el rol docente sea estar atento a las necesidades que van surgiendo.

de Paula Foray 

Buenos días su señoría mantantirulirula

“Se escuchan voces desde lejos, caminando por el pasillo nos acercamos hacia la puerta, ahora las voces se hacen más claras “Ahí vienen!” “Seño”. Los nenes esperan afuera, cuando nos ven llegar las caras se llenan de sonrisas pero los cuerpos se quedan congelados, ninguno se mueve. “Buenas, adelante” y con esas palabras comienza el movimientos y los chicos corren por el pasillo hasta llegar a la sala. Una de nosotras acompaña al grupo y la otra se queda en la puerta conversando con alguno de los papás y esperando al resto de los nenes que se ven llegar a lo lejos.
En la sala hay tres propuestas de juego diferente, por un lado una telaraña con telas, cintas y broches colgadas desde el techo y las paredes, por otro lado una mesa de bloques y dinosaurios y por último una mesa con harina y palitos de helado. Los chicos van entrando y eligen con que propuesta quieren jugar, de a poco los sectores toman movimiento y se desdibujan entre si.”

Así comienzan los días en esta sala de jardín; aunque la preparación de estas propuestas comienza mucho antes de la llegada de los chicos a la sala ya que el recibimiento se organiza y prepara cada día de una forma diferente; este es un momento planificado con anterioridad  al cual se le otorga mucha importancia dentro de la sala.
Existen dos etapas importantes para la preparación del recibimiento, una etapa de planificación semanal, en donde decidimos cuales serán los sectores de juego que compartirán el día, de que forma se dispondrán los materiales, en donde nos sentaremos a jugar nosotras, entre otras. La segunda etapa es el “armado” de la sala, en donde todo lo planificado se lleva a cabo, y se decide en donde se armaran los sectores, como se colocara cada material.
Esta modalidad a la cual entre las docentes denominamos “Recibimiento” posee ciertas reglas organizativas y están pensadas con gran apoyo teórico y pedagógico, la idea de que ocupen el primer momento de la jornada trae aparejadas ciertas cuestiones y ventajas que consideramos hay que resaltar. 

Quiero tiempo pero tiempo no apurado, tiempo de jugar que es el mejor

“Los chicos entran corriendo, Seba con la mochila se sienta en el piso donde están los autos y las pistas. Daiana espía un sector,  el otro y se sienta en la mesa donde está la masa. Kiara y Juli se quedan paradas en la puerta con la mochila y la campera puesta, mientras una de las maestras se queda conversando en la puerta con algunos papás, yo entro a la sala con los chicos. Me acerco a Kiara y le pregunto si quiere sacarse la campera, con la cabeza me contesta que no. La miro a Juli, la ayudo a sacarse la campera y le pregunto si quiere jugar conmigo, me contesta que si. La invitamos a Kiara que sigue con la campera puesta. Las tres nos sentamos en la mesa con la masa; dejamos la puerta abierta porque siguen llegando chicos, algunos me saludan y otro entran directo a jugar. De vez en cuando los miro y les digo que cuelguen las mochilas para estar más cómodos.”

Como docente de la salas considero que comenzar la jornada con juegos en sectores promueve la interacción entre todos los participantes de la sala; por un lado la vinculación entre los padres, ya que el trabajo en parejas pedagógicas, permite que una de nosotras se tome el tiempo necesario para conversar con los padres de algún tema en particular o simples charlas que permiten la “ida y vuelta”. Para nosotras la relación fluida con las familias es sumamente importante para el funcionamiento de la sala, y nos parece que esperar a las reuniones para conversar es poco, por eso promovemos la interacción por diversos medios, pero sobre todo con 10 o 15 minutos que destinamos en la entrada para que ellos puedan contarnos lo que necesiten.
Por otro lado, consideramos que el momento de llegada es el momento más complicado para los chicos porque representa la despedida y el despegue de su referente adulto, por lo tanto preparar distintas propuestas de juego facilita que nosotras podamos estar atentas a las necesidades individuales de cada nene o nena, respetar los tiempos de cada uno y servir de sostén para aquellos que más lo necesiten, así sea con un upa, o simplemente sentarse a jugar con ellos al lado.
Otra de las ventajas que permite la organización de diversas propuestas de juego en el momento de entrada es que el llegar tarde o fuera del horario estipulado no se representa como un castigo ni para el niño/a ni para los padres ya que no implica un problema para está actividad, ya que cada uno va llegando, eligiendo y construyendo su juego de forma flexible generando la integración de cada nene/a respetando sus propios tiempos.
Consideramos que una actividad amplia como el juego en sectores abre las puertas de la sala literalmente e invita a jugar de una manera calida y respetando a cada niño y niña.

Un movimiento necesario

“Manu está parado cerca de una mesa con un muñeco en la mano, “Te salvaré” grita mientras se arrodilla y agarra a otro muñeco tirado en el suelo. Levanta la cabeza mira hacia el sector de las sogas y me dice “Seño me pasas eso”, mientras señala una cinta colgada en ese sector. Se la alcanzo, él la agarra e intenta atar al muñeco en la pata de la mesa pero no lo logra. “Seño vení vení”, me acerco y le digo ¿Qué hago?, “Atalo ahí, a la mesa”. Lo ato y me vuelvo al sector a donde yo estaba jugando. Manu sigue jugando “Yo te sacaré” […] Laila tiene una muñeca en la mano y una cuchara en la otra, la mira y le dice “no llores”; Daiana la mira, se levanta con un plato en la mano y se acerca al sector donde juegan con la masa y dice “Por favor cocineros necesitamos comida ahora” y les pone el plato amarillo sobre la mesa”.

A partir de los ejemplos exhibidos anteriormente podemos detectar que a cada una de las propuestas se le asigna un sector físico determinado, a veces ocupan una mesa, otras veces se esparce sobre el suelo o una colchoneta y otras, ocupa la totalidad de la sala. Cada una de ellas intenta poseer una lógica propia, es decir que lo que se propone son juegos  que se pueden jugar por si solos en cada sector, como por ejemplo juegos con bloques o muñecos, o pelotas; pero la idea de preparar varios sectores diferentes radica en que entre ellos pueda existir una posible vinculación; y haremos hincapié en la palabra posible porque la idea es que dicha vinculación se genere sólo si es necesario para el juego que  cada niño/a esté realizando en ese momento.
A veces somos nosotras las que proponemos utilizar objetos o incorporar un sector que no se estaba utilizando, pero siempre a partir de la observación cuidadosa y atenta de lo que sucede en el juego de cada grupo o niño, nuestro rol, por lo tanto toma un tinte necesario para enriquecer las propuestas si es que no sale de los propios niños y niñas. Por lo tanto, podemos decir que, si bien los sectores de juego poseen un orden y un espacio físico necesario este no es rígido, por lo contrario los límites de cada sector se van moviendo según la necesidad del juego de cada nene o cada grupo.
Es importante saber que la idea de permitir que los sectores se mezclen se relaciona con la idea de enriquecer el juego por esto es necesario contar con la mirada atenta del docente, sólo está podrá evaluar en el momento el límite de cada sector. Los niños saben que los materiales pueden pasar de un rincón al otro, pero también saben que no pueden interrumpir el juego de otro niños/as y que no pueden sacar el material de otra propuesta si lo están usando. La función del docente es poder acompañar y elegir una propuesta para formar parte de ésta participando del juego que se genere según los deseos de los niños que allí se encuentren, esta mirada atenta permite detectar cuando un grupo de niños está necesitando algún material o espacio para su juego por esto precisa extender su sector o tomar objetos de otras propuestas o cuando simplemente el grupo está cansado o aburrido y ya es momento de guardar y comenzar otra actividad.  Este es el límite de los sectores, es el único límite que realmente existe. Los sectores se entremezclan sólo si enriquecen las propuestas de juego.
Consideramos fundamental establecer que el docente no sólo participa como observador participante, sino que además cumple un rol fundamental como “Insentivador lúdico”, es decir que muchas veces es este el que propone nuevas situaciones para que se enriquezcan los juegos, como la utilización de materiales de otros sectores o la fabricación de material para agregar al juego y así enriquecerlo. Cómo ocurrio en la sala cuando viajabamos en colectivo y tuvimos que realizar en el sector de dibujo los boletos y los billetes para seguir jugando.

La difícil tarea de elegir
                             

Luego de muchas conversaciones y discusiones, nosotras llegamos al acuerdo de que “el poder elegir” forma parte de un complicado proceso de aprendizaje que se va desarrollando a lo largo de toda la infancia por esto creemos que la mejor manera de acompañar este proceso es presentando a los niños y niñas  situaciones reales que posibiliten que ellos deban tomar la difícil tarea de elegir, conociendo el porque y las consecuencias que trae la elección de una u otro cosa.
Nosotras decidimos que es a través de la actividad más cotidiana para los niños en donde ellos deberán poner en juego su capacidad de elección, si bien la primer elección la realizamos nosotras en el momento de planificación en donde determinamos que sectores y que propuestas se armaran, ellos son los que luego podrán elegir con cual de las propuesta jugarán.
La idea es que esta decisión no este cargada negativamente, por lo que si a lo largo de la jornada los niños quieren cambiar de sector, ellos pueden hacerlo sin necesidad de avisar ni consultarlo con las docentes. En estas propuestas no hay ningún registro en donde los niños deban elegir el sector del día esta flexibilida esta fundamentada en los niños/as construyen la noción de decisión de a poco, la existencia y la posibilidad de cambiar ayuda a que la frustración y el fracaso sea tomado con responsabilidad pero sin angustia.

Ventajas para la implementación de esta propuesta

  • Otorga la posibilidad de elegir con que se quiere jugar
  • Ayuda a respetar los  tiempos de cada niño/a.
  • Cambia la concepción de la llegada tarde, ayudando a que esto no se convierta en algo negativo ni un castigo para las familias ni para los niños/as.
  • Permite conocer a cada niño/a y sus preferencias o necesidades, generando vínculos de juego de forma personalizada.
  • Ayuda a individualizar el momento de despegue de cada niño/a, otorgandole apoyo y contención a quienes más lo necesiten. 
                                                                                                                    

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