Seguimos escribiendo con sentido... con mucho sentido!!!

                           Un Lobo Bueno y Una Caperucita Azul
                     Proyecto de literatura y las diversas versiones de un mismo cuento 
                                                          en la sala de 5 años
                                             

La literatura llega a la sala como herramienta fundamental para acercar a los niños y las niñas la posibilidad de conocer su cultura, escucharla y transformarla con sus propias experiencias. Las historias van cambiando, los finales se modifican, los personajes también y se van, así, entretejiendo otras historias que dan lugar a nuevos cuentos. En esta oportunidad trabajamos en la sala con la historia de Caperucita Roja pero contada desde diferentes perspectivas según distintos autores y autoras.
                                                                                                        por Paula Foray

Escuchar, escuchar para luego poder crear

Al planificar este proyecto teníamos como objetivo principal que el grupo pudiera crear en conjunto una historia nueva, pero sabíamos que para poder llegar a cumplir con ese objetivo deberíamos presentar la mayor cantidad de historias, para crear así un bagaje lo suficientemente amplio que ayudara, luego, a los niños y las niñas a inventar su propia historia. 
Fue así que nos propusimos una serie de lecturas sobre diversas versiones sobre Caperucita Roja, que nos permitiera luego conversar sobre los personajes, los espacios físicos, las acciones que suceden, las cosas que falta y las que sobran, los finales felices y los más tristes, entre otras muchas cosas más.

La historia original

          Tomamos la decisión de comenzar nuestro proyecto con la lectura del cuento original de Perraul, para que esto nos permitiera indagar sobre cuáles eran los conocimientos que poseían los niños y las niñas sobre esta historia tan conocida.
          La sala se preparó para ese evento, se colocaron telas rojas sobre los alambres que cruzan de pared a pared, creando un gran techo, en el suelo se puso la alfombra realizada por el grupo para los momentos de lectura, algunos almohadones y una música clásica de fondo. Mientras armábamos la sala, el grupo estaba jugando en el patio, algunos se asomaban y entre ellos decían “uh vamos a leer”, una nena más contenta dijo “que lindas telas, yo voy a leer el de las mariposas”. El grupo sabía que en los momentos de lectura la sala se dispondría de un modo determinado, se corrían las mesas, se ponía música, por lo tanto, a esta altura del año, ya podían reconocer estos momentos. Si bien habían cosas que cambiaban, la dinámica solía ser la misma.
          Al llegar del patio, todo el grupo se sentó en la puerta sin entrar a la sala. Desde allí se escuchaba la música, algunos/as todavía hablaban entre si, otros/as comenzaban a hacer silencio. Mientras tanto le fuimos colocando a cada nene/a una caperucita de color rojo. “Para que es esto” preguntaba Julián, “para jugar nene” le respondió Araceli, y yo les conteste que no era para jugar, sino para escuchar una historia de una nena que usaba una caperuza roja parecida a la que tenían ellos en ese momento. Así comenzaron a etrar a la sala y se fueron acomodando en el suelo, algunos/as se acostaron sobre los almohadones, otros se sentaron, otros/as se acomodaron sentados en las sillas.
          Comenzamos a leer el cuento de Leicia Gotlibowski de Caperucita Roja, durante la lectura los niños/as hacían comentarios sobre la historia, sobre algunas cosas que ya sabían que iban a pasar, pero al llegar al final todos quedaron sorprendidos, “para seño, falta el cazador que venga y las salve”, “¿Se termino ahí, se la comió de verdad?”, los chicos/as parecían no estar muy conformes con el final. Conversamos sobre los finales, sobre que hay historias que terminan felices y otras que no, que no siempre los cuentos terminan de manera feliz, pero que no son de verdad que por eso son cuentos. Entonces Mía sentenció, enojada y con cara seria “a mí no me gustó este cuento, que final feo. A mi me gustan los felices” pero Santino se levanto de donde estaba sentado, la miro y le dijo “a mí sí me gusto, se la re comió”. Terminamos ese día sabiendo que existían muchos finales para una misma historia, que a veces nos pueden gustar y otras veces no tanto.

Otras historias posibles

          Luego del primer cuento, se presentan al grupo otros títulos en donde la que mata al lobo es la caperucita, otro en donde el lobo se escapaba del cazador y terminan todos comiendo pastel en la casa de la abuelita, otro en donde el lobo es el abuelo, otro en donde un  detective busca a un ladrón de cuadros que resulta ser un lobo, y así muchas más historias, todas con finales y personajes diferentes.  
Para terminar y lograr cumplir el objetivo principal que nos habíamos puesto en este proyecto, después de haber escuchado estas distintas y diversas versiones sobre la historia de Caperucita, intentamos armar en grupo nuestra propia historia de capeucita.

Nuestro propio cuento

 Lo primero que hicimos fue  seleccionar en grupo cuales iban a ser  los personajes de nuestra historia. Quedaron como protagonistas el Lobo, el cazador y Caperucita. Luego divididos en tres grupos caracterizamos a cada uno de los personajes, decidimos a que jugaban, donde vivían, que comían, como se vestían, etc. Una vez terminado esto comenzamos a escribir nuestra historia, mientras los niños iban conversando con la docente, otra persona era la encargada de ir anotando las ideas, esto ayudo a que la docente se encargara de seguir el hilo, de ayudar a la inventiva de los niños y las niñas. Al finalizar la encargada de tomar nota fue leyendo lo escrito, en grupo íbamos arreglando y definiendo algunos detalles, así quedo lista nuestra historia. Cada grupo se encargo de dibujar a los personajes, y fueron dibujando las cosas que pasaban en nuestra historia. 
Para finalizar, leímos nuevamente lo escrito, y comenzamos a pensar el título, al principio se escuchaban nombre como “El lobo y caperucita” o “la caperucita roja y el lobo”, pero entonces un Felipe dijo “pero si no es roja es azul” entonces de a poco fue apareciendo el nombre final, hasta que apareció “Un lobo bueno y una Caperucita Azul”.
Invitamos a los papás y las mamás a presenciar la presentación de nuestro libro y luego este mismo fue pasando por las casas para que todas las familias pudieran leerlo.
Y colorin colorado…está historia recién esta empezando


                   


                           Otros títulos de Caperucita para seguir leyendo:

§  “La Caperucita roja”  de Leicia Gotlibowski (texto original de Perrault). 
§  “Pobre Lobo” de Ema Wolf
§  “Caperucita y Lobazo” de Kukuxumusu (editorial Beascoa)
§  “Caperucita Roja (tal como se la contaron a Jorge) de Luis María Pescetti.
§  “Bajo la manta” de Jean Manbille
§  “Detective John Chatterton” de Yvan Pommaux
§  “Una Caperucita roja” Marjolaine Leray

§  “Poesías divertidas con los cuentos clásicos” de Florencia esses y Bela Oviedo.

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