Por mis derechos...por tus derechos...por nuestros derechos




¿Por qué insistimos tanto con ESI?

En un contexto social en dónde se pone en duda la implementación de la Educación Sexual Integral, dónde se cuestionan los contenidos y los lineamientos que abordamos dentro de la ESI, redoblamos la apuesta y reforzamos la idea consciente de que la implementación de la Educación Sexual Integral es un derecho para nuestros niñxs y adolescentes.  

por Luciana Sanchez

En esta nota, no sólo nos comprometemos con la Educación Sexual Integral como trabajadorxs de la educación sino que además entendemos la obligatoriedad a la que estamos expuestxs y  la necesidad de darle un marco legal que nos permita pensar en la ESI como un enfoque, y una educación pensada desde y para los niñxs y adolescente como sujetos de derecho. 

La resolución del Consejo Federal de Educación N° 340/18 de este año en curso, dictamina que:

Con el objeto de dar efectivo cumplimiento a la Ley N°26.150 de Educación Sexual Integral y garantizar el desarrollo de los lineamientos curriculares, las jurisdicciones se comprometen a implementar la obligatoriedad de la educación sexual integral en todos los niveles y modalidades educativas, abordando, sin excepción, los cinco ejes conceptuales:
·         Cuidar el cuerpo y la salud.
·         Valorar la afectividad.
·         Garantizar la equidad de género.
·         Respetar la diversidad.
·         Ejercer nuestros derechos.

Y luego establece los núcleos de aprendizajes prioritarios para cada nivel educativo incluso para la formación docente. De esta manera, a 12 años de haberse sancionado la Ley 26.150, se pone de manifiesto la obligación de conformar en las instituciones educativas equipos para promover la Educación Sexual Integral.

Es decir que se piensa en formar educadorxs que puedan correrse de la postura tradicional que reduce lo sexual a lo genital, que valora el saber “experto” biologicista, ese mismo que deja de lado lo social y lo cultural de una comunidad, ese saber que patologiza y medicaliza la sexualidad, que dice lo que “hay que hacer” que entiende a lxs niños, niñas y adolescentes como objetos de protección. Del otro lado nos encontramos con un enfoque Integral que entiende y acepta la diversidad, que enfatiza en las potencialidades de la persona, que valora la cultura y la respeta, que sabe que la sexualidad se construye a lo largo de la vida y que inevitablemente se encuentra históricamente situada.

Entonces, la pregunta es ¿Por qué insistimos tanto con Educación Sexual Integral?

Porque creemos que estar a la altura de los tiempos que corren nos hace conscientes de nuestra obligatoriedad en materia de derechos ganados por los niños, las niñas y los adolescentes. Así en materia de Educación Sexual Integral el rol de la escuela es el de garantizar los derechos de lxs niñxs y adolescentes, teniendo en cuenta los alcances que tiene este espacio de formación problematizando lo establecido y desandando lo impuesto a fin de aportar más democracia y criticidad a la comunidad de la que somos parte.

Ahondar en la reflexión personal y pensar cómo y de qué manera en las instituciones se legitiman, se sostienen y se reproducen los prejuicios, los estereotipos, las tradiciones y las prácticas cotidianas que modelan lo masculino y lo femenino nos permite descubrir y visibilizar la trama vincular de la sociedad patriarcal que hay detrás.

Ejercitarnos en este sentido no es nada fácil ya que debemos hacer un doble trabajo para movernos desde adentro y portar la ESI y su integralidad, es decir entender a la sexualidad, como un proceso complejo y multidimensional que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, históricos, afectivos y éticos y la vez re-educar el propio lenguaje, la propia mirada, el propio pensamiento y el propio comportamiento, entre otras cosas, a fin de dar batalla, comprendiendo siempre que estamos atravesadxs por una educación sexual que nos marcó a fuego y desde la cual puede ser costoso identificar / ver la violencia como un fenómeno de construcción social.

Descubrir y afirmar que este orden establecido se da por “natural” develará vulneración de derechos y nos coloca entre otras cosas, frente a la tarea de promover la prevención de la violencia de género.

Estamos en el centro de la escena y es necesario saber actuar.El camino que nos queda por delante será aquel que sepamos construir de forma colectiva, respetuosa y apoyándonos en las experiencias propias y de lxs otrxs, decontruyéndonos,  conociendo y re-conociéndonos, afianzándonos en el terreno y teniendo la certeza que este será un camino que otrxs también elegirán andar.

“Gestos, acciones, palabras que los educadores decimos sin

siquiera reparar en ellas, tienen enorme importancia
para nuestros alumnos y alumnas.”
Philip Merieu



¡Sigamos adelante!



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